El miedo, ese sentimiento que nos acompaña desde que vemos la luz de este mundo por primera vez y que a veces es sinónimo de fracasos e inclusive de otros miedos más grandes, es un sentimiento que nos acompaña durante toda nuestra vida a no ser que lo combatamos. Toda nuestra vida es una lucha constante contra el miedo independientemente de la naturaleza de este, es decir trátese de miedo al fracaso, a la soledad, a la muerte propia o de un ser querido, a ser engañado, entre otros. Los miedos nos invaden y nos manipulan, no nos permiten ser libres sino ser sus fieles esclavos, pues consciente o inconscientemente todas las decisiones que a lo mejor hemos tomado hasta el momento de nuestras vidas es tratando de confrontar o disimular nuestros miedos, por esto nos encontramos con personas que no siguen sus verdaderos ideales por el miedo que sienten al fracaso o a terminar en lugares que no desean, por ejemplo una persona desea realizar determinada carrera profesional y por temor a que dicha carrera es considerada poco rentable termina por hacer otra en la cual no es muy bueno. Otro ejemplo puede ser cuando una persona decide unirse con otra que no desea por temor a la soledad. Es probable que alguno de estos dos ejemplo no nos haya tocado o a lo mejor puede que si, pero lo que si es seguro es que todos en algún momento de nuestras vidas hemos tomado una decisión crucial e importante, cuya decisión mas que racional es inspirada por hacerle “jaque” a nuestros principales temores.
Muchas veces negamos esta realidad, pues no conocemos nuestros temores y eso es algo muy normal ya que lo guardamos en lo más profundo de nuestro interior, pero ¿como saber si nuestras decisiones están subordinadas al temor?...la mejor respuesta es si en realidad estamos conformes con lo que somos, pues si no es así significa que hemos perseguido ideales que no soñamos, es decir, los elegimos porque eran lo mas conveniente.
Pero nunca es tarde y por muy valientes que presumamos ser siempre tendremos un temor, y el llamado es a identificarlo (lo que no es fácil) para poder actuar con libertad y con una verdadera conciencia liderada por nuestro anhelos y sueños profundos, ya que a veces nos da miedo apostarle a lo que realmente soñamos y nos conformamos por alcanzar lo que esta a la mano o es mas conveniente sin desmeritar esto, pues no esta mal hecho siempre y cuando coincidan con nuestros verdaderos ideales. El camino a identificar nuestros miedos puede ser largo pero lo importante es que es posible vivir una vida libre sin miedos que nos aten y darnos cuenta que hay seguir nuestros ideales y hacerlos realidad, no renunciar a ellos y pensar que todo es posible, pues como dice una frase que podríamos considerar de cajón pero que es la mejor primicia que nos han dejado los antepasados no hay cosas imposibles sino hombres incapaces. Por lo tanto hay que tener ánimo y seguir lo que dicen nuestros ideales profundos y no lo que le conviene a nuestros miedos, es decir no tener miedo de perder el miedo.
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